¿QUÉ CREEMOS?

 

¿QUÉ CREEMOS?

Dios

Creemos en el único Dios que se manifiesta asimismo en tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (que llamamos “la Divinidad”) tal como se revela en la Biblia y que se nos ha dado a conocer al mundo, en la persona de Jesucristo. Dios es conocido por muchos nombres en la Biblia, cada uno ricamente describiendo alguno de Sus atributos, nos referimos amorosamente a Dios como nuestro Padre Celestial. (Éxodo 3: 14-15, Juan 4:24, Mateo 28:19, Juan 1: 1-2)   
 

Jesús

Creemos que Jesús es Dios manifestado en carne – el divino y unigénito Hijo de Dios. Dios, por medio de Jesús, se hizo humano, nació de una virgen, murió por nuestro pecado, fue resucitado de entre los muertos, ascendió al Cielo y vuelve otra vez para su pueblo. Él es tanto la naturaleza como la esencia de Dios. Al participar de la naturaleza de Dios y de la naturaleza del hombre, Jesús era completamente Dios y completamente hombre (Mateo 1: 18-25, 1 Corintios 15: 3-8). Él volverá en forma corporal como Señor del universo, para reunir a sus seguidores y juzgar a los que le han rechazado (Hechos 1: 9-11, Hebreos 9:27-28).   
 

Espíritu Santo

Creemos que el Espíritu Santo está actualmente ministrando a través de la comunidad cristiana, potenciando vidas de piedad y servicio. El Espíritu Santo es la tercera persona de la Divinidad. Él es tanto la naturaleza como la esencia de Dios. Siendo completamente Dios, el Espíritu Santo siempre ha existido y se nos ha revelado plenamente en la tierra en la historia de la Iglesia primitiva. (Juan 16: 5-15; Hechos 1: 8 y capítulo 2).   
 

La raza humana y su condición

La Biblia nos dice que antes de que la tierra exista, el plan de Dios era que cada persona se presentara ante Él y disfrutara de una conexión santa e irreprensible y limpia. Por causa del pecado, la humanidad pierde esa conexión con Dios y es necesario que esa relación sea restaurada a través de Jesucristo, a la intención original de Dios para nuestras vidas (Efesios 1: 4-5).   
 

La Biblia

Creemos que la Biblia es inspirada por Dios, correcta en todas sus enseñanzas y es la autoridad final en todo asunto de fe y practica Cristiana Motivamos a las personas a separar un tiempo diario para leer y meditar de modo sistemático en Su palabra como parte de su jornada espiritual. La Biblia es inspirada por Dios, en consecuencia carece de error y contradicción

Toda nuestras creencias y practicas cristianas están fundadas en la Biblia, la Palabra de Dios. (2 Timoteo 3:15-16 ; 2 Pedro 3:13-16)
 

La Iglesia

Creemos que Jesucristo estableció su Iglesia en la tierra para llevar a cabo su misión salvadora entre toda la humanidad, y la formó para ser un pueblo santo. La Iglesia se forma en virtud de la gracia salvadora de Dios (Efesios 2: 8-9), que llama a todos los hombres a la: fe, arrepentimiento, confesión, bautismo, nueva vida y ministerio por medio del Espíritu. La Iglesia de Jesucristo no se limita a ninguna institución o denominación; Consiste de todos aquellos que han confiado en Jesucristo para la redención de sus pecados. ICLM es por lo tanto solo una parte de la iglesia de Cristo en el mundo (1 Corintios 12: 12-17)   
 

Salvación

La fe (creencia y confianza) en Jesús y su sacrificio en la cruz es la única manera de reconciliarnos con Dios (Hechos 4: 8-12). En ICLM tratamos de poner estos términos en sus formas más simples. Definimos la fe como “Dios hace su parte y nosotros la nuestra””. La salvación es un regalo gratuito de Dios – no se puede ganar – y se ofrece solamente a través de Jesús basado en la gracia (el favor de Dios, no el propio mérito). Definimos la gracia como “Dios hace Su parte y nos capacita para que podamos hacer nuestra parte”.

Lo que no pudimos hacer por nosotros mismos (reconciliarnos con Dios), Jesús lo hizo a través de su muerte en la cruz (Efesios 2:8-9).   
 

Tenemos acceso a la gracia salvadora de Dios al ser justificados por medio de Jesús. Lo que esto significa es que cuando nos reconciliamos con Dios, Él nos declara justos (santos e irreprensibles), aun cuando no somos justos (Romanos 5: 1-3). Dios ofrece amorosamente la salvación a cada persona; Y cada persona tiene la libertad de aceptar o rechazar este el don de la salvación (Juan 3: 16-18). La fe requiere arrepentimiento (conformando nuestro estilo de vida a la de Cristo), y esta resulta en obediencia.

El bautismo por inmersión demuestra una promesa de nuestra voluntad de vivir para Él (Hechos 8: 26-38, Romanos 6: 1-4) y resulta en la capacidad de vivir la vida aquí en la tierra sin la carga de una conciencia culpable (1 Timoteo 1 : 5, Hebreos 10:22)